La unión hace la fuerza frente a los gigantes de la venta online
El peligro de desaparición comienza a propiciar las agrupaciones o asociaciones de pequeños comerciantes. Porque la comodidad crece contraria a la proximidad. Los pedidos telemáticos, en muchos casos falsamente gratuitos, reducen las compras en los pequeños comercios, que paulatinamente van cerrando, lo que conduce a la llamada gentrificación. Es decir, al abandono de barrios que eran comerciales, se vacían y mueren, como mueren trabajos, oficios, servicios y la misma vida social.
Los servicios de los barrios de pueblos y ciudades van evolucionando y reforman o modifican su fisonomía. Pero ya escasea la compra del día a día. Aquel comercio de proximidad se transforma poco a poco en una concentración –centros comerciales– que va haciendo desaparecer locales. Los mercados van mermando sus puestos de venta y algunos géneros ya no se comercian en ellos. Es la evolución del progreso, el desarrollo de la implantación de actuaciones de comodidad. Un sistema despreocupado aplicado a la vida.
Ante ello, los comerciantes de algunas comunidades están empezando a organizarse en asociaciones para evitar su camino hacia una futura desaparición. La venta y distribución que Internet está imponiendo en el comercio les obliga a agruparse para sobrevivir. El pez grande se dice que se come al chico. La defensa de intereses particulares estando unidos en gremio o sindicato da más fuerza que yendo cada uno por su cuenta.
En algunas comunidades cogen fuerza agrupaciones de comerciantes que se organizan en portales telemáticos para rivalizar con las grandes compañías internacionales. También surgen cadenas que proponen comercializar en sus establecimientos productos locales. En este sentido quizá son los catalanes (“clicclat.cat” se llamará el proyecto que desde el portal slowshopping.cat impulsará el primer “marketplace” para el comercio de proximidad en Cataluña) quienes van en cabeza de esta carrera de supervivencia ante la amenaza de ese comercio de comodidad que está sustituyendo al comercio de proximidad. Buscan un armazón que les sostenga en su combate contra los grandes armazones norteamericanos o asiáticos que les están ahogando. En este sentido se están dotando de portales con la última tecnología y una puntera logística para llegar a los rincones más esquivos. Están agrupando a todo tipo de productores para vender por Internet como hacen las grandes corporaciones internacionales. Y esperan que lo que les compren a Amazon, AliExpress, Target, Walmart, Best Buy, Costco, Wish… y otras sectoriales de confección, mobiliario o tecnología lo hagan en su portal, más próximo, ecológico y anímicamente más cercano.
Verduras, frutas, distintos productos del campo, de la ganadería autóctona, ropa, mobiliario, tecnología digital, materiales de construcción y, en fin, lo que antes comprábamos en el barrio lo podamos adquirir apretando el mismo botón que cada vez usamos más para comprar en una de las mencionadas supranacionales que nos traen todo a casa en un plis-plas aunque el producto venga del fin del mundo. Quizá sea una lucha dura y larga pero será solidaria con nuestros vecinos, con nuestros campesinos, con unas pequeñas empresas que mantienen nuestros pueblos, dan trabajo a nuestra gente y mantienen viva y dinámica nuestra economía.
En estos momentos en que el comercio mundial se resiente tras paralizar producciones para ahorrar en el trance pandémico, la inicialmente conocida como la crisis de los chips, parece tiempo oportuno para formar el portal que agrupe el conglomerado de pymes que nos proporcionan lo que necesitamos en nuestra vida cotidiana. Productos propios, cercanos, ahorrando energía, no contaminando nuestro entorno. Un cluster virtual de mercancía de proximidad, limpia y ecológica, solidaria y sostenible. Un sistema que rompa con salarios precarios y trabajos estresantes como los que mostraba el nuevo diario madrileño de Editorial Prensa Ibérica que titulaba “En las furgonetas suicidas del comercio ‘online’” e informaba que “destruye cada día miles de productos sin vender”. Un portal que ayudaría a eludir la despoblación de la mal llamada España vaciada y verdaderamente abandonada.
Publicado el lunes 8 de noviembre de 2021 en LA NUEVA ESPAÑA